Supongo que todo tiene que pasar alguna vez en la vida y supongo que es también bueno que eso ocurra. Porque en la ley de encadenamientos por la que se rige este Universo, nada pasa sin una causa y nada pasa sin que tenga un efecto.
31 de Marzo de 2009, faltaban 20 días para mi cambio de década y ese día, por primera vez en mi vida alguien, cual Eduardo VIII, hizo que mi cabeza "rodara". Probable y posiblemente porque ya no le hacía falta... El caso es que por la única razón de este enorme saco que es la crisis 2009 mi cumpleaños lo celebraría en otro lugar lejos de Grupo Consultores. Mi próxima cita: el paro. Un lugar que visité por primera (y espero) última vez.
Maldita (o bendita) ironía ese día, a media mañana, comunicaba contenta a media oficina que ese era mi día de suerte. ¿Suerte? Han oído bien: suerte!
A mí que nunca me toca nada ese día me tocaba en un sorteo un libro: "Los nuevos influyentes 2.0" de Paul Giddins y publicado por Lid Editorial. ¿Creen en las señales? Como buena gallega yo dije sí y de vuelta a casa, con el corazón roto y la mirada opaca por tanta lágrima pensé: hoy es el primer día de una nueva vida. ¿2.0? Señal o no, puede que sea un buen presagio, mi próximo paso estará en mi blog y en la web.
Y así fue como decidí que aquí estaría mi nuevo principio, el de mi reinvención.
Pero ¿Por dónde empezar? Esto ya lo he contado a muchos y muchas veces: pensé hacer un mailing masivo para trabajar en comunicación como freelance, pensé crear el Club Dan09 un club de talento con los Damnificados como yo por la Crisis, pensé en leer, pensé en competir con consultoría y estrategia, pensé y pensé... Y curiosamente mucho sino todo pasaba por el mismo camino que me trajo de cabeza a este maravilloso mundo que es la Publicidad: todo pasa por escribir. Durante muchos años lo hice en la revista Control, y ahora intento recuperar la habilidad con este blog: ydanvueltas.com, como yo. Y desde mañana -gracias a mis dos buenos amigos Alvaro y Eduardo, almas de Visual- también a ratitos en Soitu.es.
Pero nada que nazca puede avanzar si no es con alegría. Ese día sólo una cosa me hizo olvidar mi pena y miseria y alejar de mi cabeza la palabra injusticia: un spot de Pepsi Max. Aunque sean como yo, auténticos fans del sabor de Coca-Cola, los anuncios de Pepsi les harán disfrutar. Como en el mejor de los espectáculos, pasen y vean.
Y un enorme GRACIAS a todos esos locos amigos que se apuntarían conmigo a esa selección. Por muchos de ellos comienzo hoy este Blog.
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